Yo sé que estás cansada y tan cansada
como nadie más en esta ciudad de perdición
Entonces voy y tomo lo más tibio de tu mano
y te acompaño al sueño en que te calmas
Estás cansada y quieres ir de vuelta hasta Maipú
donde una fiesta familiar te enciende el pecho
Mi voz es muy pequeña y casi no te alcanza
pero los suspiros de tu aire me despiertan cada noche
Yo sé que estás cansada y tan cansada:
cierra tus ojos y busca en tus recuerdos
mientras tus dedos se entibian entre los míos
y un tímido sol nos acuna y nos protege
Yo sé que estás cansada y sólo miras para adentro
donde una casa derrumbada para que tomes un té
Entonces te beso y apenas me sonríes
y en la radio una canción francesa nos llena la respiración
“¿Quién será este hombre viejo que me mira y me acaricia,
tan parecido a un niño que no quería comer nada?”
Hace tiempo te llevé al cielo de mi casa
para que vieras el horizonte de mi corazón
Encontraste bello todo pero se te agotaba la mirada.
Entonces volvimos al viejo cielo de siempre
Yo sé que estás cansada, las horas se desgranan entre tus
dedos.
Te acompaño sin llorar y susurro alguna melodía tuya
Y aunque el reloj no espera a nadie de nosotros
el sol guarda secretos para los felices
Y las niñas se convierten en muchachas
y el amor es un largo momento dulce
Cansada como estás me
pides otro beso
y casi es otro invierno y la luz nos acaricia
Los amigos vienen y rezan lo suyo.
Las amigas vienen y te ayudan a comer
Las hermanas vienen y duermen junto a ti
tejiendo y destejiendo historias con increíbles gatos
El mundo llama por teléfono, pendiente de tu aliento,
las plantas quedan congeladas en su verde otoñal
Y unas cuantas oraciones van desde los andes del sur
hasta tu cordillera de la costa
El esposo tramita entre las ollas y las ropas
y vela el sueño en el que no dejas de hablarle
El hijo escribe como si eso fuera útil
La hija cruza la ciudad entre un dolor y otro
Y las guaguas nacen como si nada
y las niñas se nos vuelven muchachas
Yo sé que ese cansancio tuyo sólo se irá
cuando te acuestes en la casa de tu infancia
Pero estás aquí tranquila y en silencio
y robo un poco de calor desde tu piel
Yo sé que el futuro está diez minutos más allá
y tu corazón es un vals sentimental y lento
Y aunque no me escuches no me puedo callar:
te cuento cosas, te digo desde dónde regresé
No es tarde, nunca es tarde,
sólo que el tiempo nos agota
Y tu cuerpo es cada vez más sutil
y tu alma de morena inunda los paisajes
Los alumnos no olvidan lo que les enseñaste
los compañeros pasan y preguntan en medio del crepúsculo
Y no es que el tiempo se nos acabe,
sólo que es tan tarde y ya temblamos en el frío
Huelo tu café con leche y tu pan a medio tostar
y canto tu canción, canto tu canción, canto tu canción
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