La Vida Perpetrada
apuñala por detrás
a su propia Muerte Fiel
La besa la muerde la emborracha
la expulsa desde el piso veintidós
La Muerte sobrevuela entonces
avenidas y pasajes de Santiago
-sus techumbres desteñidas-
La Muerte sobrevuela este crepúsculo
con danzas de volantín cortado
Desde su tiesa altura
La Vida Perpetrada ve lo que sucede
y cuenta los zapatos
que se resecan en los techos
La cifra pasa larga y largamente
desde los cien mil cuando
La Muerte se regresa donde su dueña
Se saca el filo de la espalda,
saluda cortésmente
y vuelve a sus ocupaciones
La Vida Perpetrada
permanece un rato más
allí en su altura
contando los calzados
hasta que se adormece
apoyada en la baranda.
Luego se deja caer
hasta el suelo feroz, el
suelo más feroz
No hay comentarios:
Publicar un comentario