martes, 5 de agosto de 2014

Los viejos que se dejan matar por un caballo



Y los viejos que se dejan matar por un caballo
A las once de la noche de un domingo en Blanco Encalada
No pasa ni la mitad de una micro que los saque de aquí
Paran el dedo y se juegan la última moneda en algún auto que les lleve hacia la luz
Sin un dios que se pronuncie mientras el caballo ganador pasó de largo a las cinco de la tarde

Es urgente nuestro norte mientras es tan triste cada sur
Y los viejos que se dejan arrasar por la más grande sed
Y los viejos que se dejan derrotar mientras tratan de ganar
Hasta que alguien los encuentra muriendo por ahí
Y aunque sigue siendo tarde los persigue su reloj

Y ya se les fue todo su tiempo y no volvió a mirar sus restos
Sus zapatos sus fotografías de la lluvia sus boletas de la deuda impaga
Y los viejos que se dejaron arrasar por su buena salud
Tarareando la canción de amor caminando lo impagable
Sin un minuto que los muerda o un beso que los saque desde aquí

Y los viejos que pretenden vivir de sus caballos
Son las doce de los días y perdiéndose en las avenidas
Pasan tantas micros que con sus bullicios los despiertan para no morir
Suenan cuecas tangos suenan blues
Y dios que se pronuncia repitiendo su condena entre lo que se arde

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