Todas estas buscan su estación
Vuelven en tren a otra soleada mañanera
donde el invierno no muerda sus talones
Son bisabuelas de otras muertas sin juguete
olvidadas en el gris de su paciencia
Son risas para cada quiltro para
cada piedra para cada flor
que se aparece
Es tan tarde y tarde y
tan amada esta comarca en su
despeñadero
pero ellas vuelven
tal si nada
a este mismo hoy
de anteayer intoxicado
Vitrinas
donde el flacuchento
roba una risita y se
la pega con moco (con saliva)
sobre su cara de once años
(tiene quince)
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