Sentado en alguna de los nubarrones
del universo visible
aspiro los saludos de su amor
mientras la mañana se despeina
y las ciudades arden sin piedad
Las sirenas nos acaban
de sacar el sueño a cuchillazos
sofocándonos la sangre de la piel
Todo tiene frío
alrededor de nuestra
tibia latitud
No nos toque entonces
esta llamarada
Nos rendiríamos ante la
noche que se viene
Venga a salvarnos toda luz
venga a contarnos uno a uno
los misterios de las boca de estas eras
Hay una lucidez
que nos espera
con sus tiros por la espalda
Desde una Troya a la otra
circulan los mensajes
escritos en las tripas de sus derrotados
Nos vamos a espantar
cualquier amanecer de estos
cuando se apaguen
los rescoldos de la soledad
Se nos hace lenta esta caída libre
con la tierra poco a poco
dibujando sus detalles en cada pupila
El golpe, sólo el golpe
nos dará su
infecta paz
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