jueves, 2 de enero de 2014

Miro tu calle (soneto)

Miro tu calle desde el quinto piso:
te fuiste mientras yo ni despertaba,
dejando tus sabores en mi almohada
y en el balcón un animal remiso.

Te llamaré mil veces si es preciso:
la deuda del ardor no fue saldada,
dolores de una estrofa mal cantada
para otro amanecer escurridizo.

Pero este sortilegio fue deshecho:
tu carne ha regresado con más luz
los pájaros anidan en tu lecho.

El humo de este fuego apunta al sur,
ya crujen ventoleras en el techo,
el muerto se desclava de su cruz.

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